Blogia
Pequeña

Quererse

¿Sabes que es lo peor de todo? ¿Lo que nos va matando más por dentro? El quererse poco, o el quererse nada. Es un arma de doble filo y casi transparente, que nos va volviendo más pequeños, más endebles, más frágiles, y, no reaccionamos, porque tampoco somos conscientes que nunca empezamos a querernos como debimos hacer. Es difícil dar un paso hacia adelante, probar, empezar, atreverse, caminar... si ni siquiera crees en ti, o te ves capaz de hacer algo que alguna vez estuviste a punto de hacer. Son diferentes escenarios, diferentes momentos, diferentes etapas...pero sigues sin quererte, y eso no te salva, al revés, te va alejando de todas esas posibilidades que te posaron en la mano para que hicieras crecer el deseo de sentir, de llegar más lejos. Pero como he dicho, si no te quieres no puedes avanzar, no puedes hacer creer a los demás que todo está bien, y que sonríes porque de verdad sientes motivos para sonreír. Por otra parte...es difícil plantarse delante de alguien que te inspire confianza, y le digas que no sabes por qué, ni cómo, ni desde cuándo...no te quieres, porque ves que eres demasiado pequeña frente al resto del mundo que te impone, o te paraliza, o te frena a hacer cualquiera cosa, correcta o no políticamente hablando. Es cierto que cuando nos ponemos barreras, cuando ni siquiera nos miramos al espejo, cuando olvidamos cómo se expresaban nuestros ojos cuando nuestra boca sonreía.... dejamos que todo se derrumba, y nos dejamos llevar en esa avalancha que no nos lleva a ningún sitio más que al suelo. Y creemos no poder salir, subir y volar. Pero a veces, sólo hace falta un empujón de alguien que te admira de verdad, para poder llegar a ser quien quieres ser, o, mucho mejor, para abrir los ojos, contemplarte, y ver que eres tú, la esencia de esa persona en la que te has convertido y de hecho te querías convertir. Sólo es cuestión de eso, de saber contemplar. Y no tener miedo. Y quererse. Aunque sólo sea un poco.

0 comentarios