Blogia
Pequeña

Mirar hacia abajo

Supongo que mirar para abajo es lo que mejor se me da. Mirar para abajo, pero sabiendo, percibiendo, notando, rozando, acariciando la realidad en toda su expansión. Y la comprendo, a veces no la comparto, y a veces la odio y la desquicio. A veces quisiera apartarla de mí, y a veces quisiera despedirla para siempre y crearme otra, otra propia, y bien diferente a la misma, para poder vivir otro tipo de cosas, para poder hacer y deshacer más o menos rápidamente posible. Supongo que mirar para abajo es el camino más idóneo, quizá también sea el más fácil, el más corto... pero creo que es el más amargo, el que más tristeza aporta. El que más al fondo te lleva, y el que te daña más profundamente. Entonces cuando me noto abajo, cuando noto que mis pies han traspasado el suelo y mi cabeza está muy muy lejos del techo...entonces es cuando creo que me traspaso a otro mundo otro más feo y más triste, otro donde no hay salida alguna, otro donde los problemas persisten donde mis problemas dudas e inseguridades siguen existiendo. No consigo desprenderme de nada de eso, es imposible. Me siguen, y persiguen y jamás se extinguen, creo que son eternos, creo a veces que se quedarán aquí aún cuando yo me vaya. Creo que son tantos miedos, tantas dudas las que habitan en mí que somos como uno, como uno solo. En mi cuerpo viven, todas esas preguntas, y todas esas respuestas, y todas las palabras que en mis oídos se han ido colando. Luego están mis ojos...donde se han ido calando también las imágenes más hermosas y las más desastrosas de todas. Las que me han llevado a tocar lo más alto, y las que me han sumido en la tristeza más grande de todas. Creo que no me gustaría estar en los extremos no me gustaría ser la persona más feliz de este mundo, porque después todo cambia y extrañaría demasiado esa situación donde todo es precioso y parece que nada puede ir a mejor, tampoco me gustaría estar en ese extremo donde la nostalgia y melancolía lo abarca todo y no encuentras salida alguna y no hay manera de flotar, porque ya te encuentras sumergida en ese mar inquieto, en esa mar laberíntico. Creo que quiero un estado intermedio, un estado donde vives cosas bonitas y extrañas otras que has vivido sin sentir nada malo, sin tener ganas de llorar, de manera que seguir viviendo todavía vale la pena. Ahora pocas cosas valen la pena, ahora, en este momento pocas merecen ser contadas. Mis ojos se cierran muy de vez en cuando para esconder en cualquier parte de mis ojos las lágrimas que deben y no dejo que salgan, no quiero ahogarme, no puedo permitírmelo, mis brazos están cansados, no podría nadar y salvarme. No podría recorrer otro camino, otro igual de largo, no podría crearme más ilusiones, ni más pensamientos inútiles, ni más vidas que esta, porque es esta la que tengo, de la que no puedo desprenderme ni disfrazar. Hoy quiero mirar abajo, es lo único que ahora quiero mirar, el suelo...el suelo que piso para sentirme segura aunque pocas veces lo consigo, entonces y a veces llega alguien para darme su seguridad, y darme fuerza al apretarme con su mano, y hacer que mi vida sea otra. Pero hoy estamos únicamente el suelo y yo, y mis ojos dirigiéndose hacia abajo, y mi vida, viva, pero quieta. Sí, supongo que mirar abajo sigue siendo una de las cosas que mejor se me da.

1 comentario

Alex -

Estoy de acuerdo, pequeña....los extremos no son el mejor lugar para "vivir".....los terminos medios, son más aconsejables....
Juer....pues si que te dió por escribir....jejeje
Besitos Laura.