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Pequeña

Hace falta vivir (y equivocarse)

Sé que no es fácil que alguien consiga que me enamore. Sé que no es fácil, al menos, hoy por hoy, porque necesito más que palabras, y más que hechos. Necesito más que demostraciones y más que tiempo. Necesito miradas, necesito que me estrechen la mano sin yo pedirlo, que me tapen a tiempo cuando aparento tener frío, que se queden hasta tarde para hablarme y sonreírme al mismo tiempo, que me sorprendan a la salida del trabajo, que me regalen una estupidez que para mí puede resultar una grandeza el día menos esperado, un día cualquiera, un día en el que no cumpla años, o no sea mi santo, o no sea navidad. Un día cualquiera. Sé que no es fácil que un día de éstos alguien consiga que me enamore. No es fácil porque no resumo todo al tópico del 50% amor y 50% sexo. Supongo que dentro de ese 100%, hay cabida para mucho más. No sólo placer, pasión, verdades y complicidad. Supongo que la ilusión, la confianza y la necesidad deben tomar un gran papel en todo esto. Supongo que todavía hay mucho más. Y supongo también que aún sigo esperando ese mucho más...y no llega. Pero no me quiero lamentar por ello. No es fácil que una mañana cualquiera venga alguien a decirte que eres lo más bonito que ha visto en lo que lleva de día, o que te alivie un mal día llevándote por sorpresa al cine, o te haya hecho un pequeño pastel de queso y te lo haya dejado en el frigorífico con un post-it en el que hay escrito “Lo hice pensando en lo dulce que resulta tu sonrisa cuando me miras”. Todo esto es muy difícil, pero quizá no imposible, y sólo por ese motivo, hace falta vivir. Y decepcionarse, e intentar, y reintentar, y renovarse, y cambiar, y seguir soñando, y seguir viviendo la realidad de cada día, esperando que cualquier día puede ser el día. Esperando que tal vez, sin avisar, y de la manera más inesperada y más tonta, aparezca la persona que pueda hacerme feliz, feliz como nunca. Y por esta razón, no hay que cerrar los ojos.

Nunca, nunca, nunca.

1 comentario

Maria -

Si, tenemos que caminar bien atentos para ver que nos podemos encontrar o mejor, a quien.

Un beset