Dejo de sonreir
Dejo de sonreir por una causa, o por cien motivos, o simplemente porque hoy no hay más que nubes y no ha entrado el rayo de sol por mi ventana que suele entrar todas las mañanas y me acaricia la cara y me ilumina la boca. Dejo de sonreir y cierro mi boca al son de “quiero un día cálido y un par de abrazos eternos”. Te quiero a ti pero no te lo digo porque es tarde, y no quiero despertarte. Dejo de sonreir porque quizá no tenga ganas, o los músculos que rodean a mis tímidas sonrisas están descansando, y hayan cogido sus merecidas vacaciones. Y lo digo porque cuando sonrío, y sonrío de verdad, suelo hacerlo durante días, durante muchas mañanas seguidas. Cuando hace sol y el rayo ilumina mi boca y me atrevo a decirte que te quiero. Dejo de sonreir porque a veces todo es demasiado difícil. Hasta para mí. Que he visto muchas cosas en mi vida que no me han gustado, y he sacado fuerza de cualquier sitio que previamente ni conocía para poder enfrentarme. Y sé que ahora, después de unos años, he forjado una sonrisa más acorde a mí. Mi boca ya no dice las palabras que antes decía, porque ahora piensa antes mi cabeza, y mi voz es paciente, y espera, y tiembla al decir lo que quiere decir, y teme, pero teme con un verdadero miedo. Y dejo de sonreír porque a veces no digo nada porque no puedo decirlo. Porque mi voz pierde su voz. Porque mi boca permanece quietecita. Y me da pena. Pero es así. Hay días que parece que está castigada, y se queda así. Como detrás de esa estantería en la que seguro hay algún libro caído pero nunca nos acordamos de retirarla y cogerlo. Pero la vida está llena de días así, de estados de este tipo, de mañanas sin sonrisas y sin sol. Y hay otros días en los que no sonrío porque me enfado. Y me enfado con el mundo y el mundo decide darme la espalda. Entonces yo también se la doy. Pero me acaba ganando. Su espalda siempre es más grande que la mía, y lo ocupa (casi) todo y no me deja ver lo que hay detrás. Me quedo con mi pequeñito mundo hasta que doy la vuelta y le miro a los ojos. Y primero, le miro enfadada, con rabia retenida. Pero esto es sólo a veces... y por eso me da tiempo a vivir. Y a estar seria, y a lanzar miradas. Y a decir “te quiero” cuando lo siento.
5 comentarios
dayyana -
fabian villanes -
bueno pues yo soy nuevo por aca y soy de caborca sonora mexico, vivo en una ciudad no muy grande pero no muy pequeña, una ciudad bonita donde la vida es de lo mas sencillo y de lo mas calurosa y fria por temporadas, yo soy un estudiante de universidad estudio leyes y tengo 23 años, me encanta la poesia, y los cuentos fantaciosos, pero lo k mas me gusta; es, saver que hay alguien que ocupa de mi por simples consejos o fuertes abrazos, o tal vez para mirarle a los ojos cuando me habla de un problema ajeno ami y yo poder ayudarle, creo que eso es lo mas lindo que le puede pasar a una perdona, claro despues del AMOR.
bueno pues te comparto esto por el hecho de que yo leo tus pensamientos y kise k tu leyeras una breve historia sobre mi. bueno pues te dejo y espero que me puedas contestar adios...
Karol -
NO SABES TODAVÍA?
NO TE HAS ENTERADO TODAVÍA?
ES QUE ME EXPLICO TAN MAL??
QUE EL RAYO DE SOL ERES TU NIÑA
REPEAT
EL RAYO DE SOL ERES TÚ NIÑA
OTRA VEZ
ERES MI RAYITO DE SOL
(BIS)
MI RAYITO DE SOL
EL MÁS LUMINOSO Y EL MÁS CALENTITO.
Ays...esta niña sol, que es astro y no se entera...
cuaaaanto me costarás de criar...
Spender -
El problema no es dejar de sonreir. Nadie puede evitarlo. El problema es olvidarse de disfrutarlo cada segundo cuando lo hacemos, no crees?
Alex -
Ya sabia lo guapisima que eres, pequeña.....pero... ¡¡¡esa mirada!!!....¡¡¡esa sonrisa!!!...¡¡¡esa melenaza!!!....Dios pareces una modelo.xDDD
No dejes de sonreir...
No dejes de querer...
No persigas a la felicidad, es ella la que tiene que llegar a ti, déjale la puerta abierta.
Siempre nos quedará Paris.
Muchos besos cariñosos.