Y aunque nadie me lo diga, puedo brillar.
Debí decirte hace mucho tiempo que el dolor es algo de lo que podemos deshacernos si nos lo proponemos. Los seres humanos tenemos el gran poder de conseguir cosas con la ayuda de la propia tenacidad, de la voluntad y del deseo. Debí decirte que jamás te deseé, debí decirte que me convertí en un ser humano cobarde cuando creí que yo comenzaba a vivir por tu cuello y tus ojos y tus labios y tu piel y tu risa y tu sonrisa. Debí haberte dicho que jamás en mí habitó la voluntad, que me convertí, me transformé, y el sol tapó a las nubes, y yo me tapé a mí mismo. Supe controlar el tiempo, supe controlar mis contradicciones supe controlar mi vida. Supe hacerlo todo, supe vivir pero no supe decirte la verdad. No supe decirte que no fui tenaz. Y sé que no puedo arreglar las cosas con palabras. Tampoco sé si quiero arreglarlo. Sé que has dejado de ser y estar para mí. Sé que jamás me importó tu presencia, ni tu existencia, ni las cosas que intentabas hacer y hacías por verme feliz. Sé que llegaste a pensar en un cuento que probablemente parecía ser real, sé que llegaste a pensar que tú estabas viviendo ese cuento que tú misma habías escrito. Sé que querías llegar a ser princesa, sé que querías escuchar que eras perfecta, sé que pensaste que yo quería endulzar tu vida una tierna mañana. Sé que esperaste, sé que diluvió, sé que te maté de dolor al mentirte y al herirte como te herí. Sé que no vas a leer estas palabras porque sé que yo también he dejado de ser y estar para ti. Sé que los lazos están disueltos, sé que todo se ha perdido, absolutamente todo. Sé que te vacié de fuerzas esperanzas ilusión, ganas, sueños, lágrimas... Sé que has sufrido, y temo que yo me convierta en la persona que más daño pueda haberte hecho en tu vida. Sé que es así. Sé que ahora es el único momento en el que no me estoy equivocando. Sé que me equivoqué al hablarte y al decirte que pensaba que toda tú eras especial. Siento no haber sido humano, y siento haber creado en ti heridas tan profundas. Siento que esto no te llegue, siento mi cobardía. O a lo mejor no sienta nada, a lo mejor no quiera sentirlo. Creo que jamás debiste pensar en la esperanza conmigo. Creo que debiste alzarte y ponerte de puntillas. Creo que debiste prolongar tu silencio y escaparte. Creo que te retuve para hacerte daño, creo que podría haber acabado con todo mucho antes. Creo que he estropeado tu vida y no lo lamento, porque contigo no lamento nada. No lamento tu dolor porque no hay nada en mí que me diga que lo siente. Siento amor por mi vida, porque la abandoné en difíciles momentos. Terminaste siendo un puente. Un sitio por el que yo pasara, y no sufriera ninguna caída, ni bache ni estrechez. Creo que supe comportarme delante del telón. Creo que debes obviar cada momento, y ser quien quieras ser. Vive lo que quieras vivir. Pero creo que jamás podrás tú tener un puente, tú eres diferente. Tú sientes de verdad. Tú amas de verdad. Y de tanto amar y tanto vivir y confiar, te volviste estúpida. No pierdas el sentido ni la razón, eso nunca. Tampoco te acojas a la locura. Vive a partir de ahora tus días, tus noches, tus momentos, tu tiempo. Y brilla, si puedes.
1 comentario
Karol -
siempre siempre podrás brillar, naciste estrella, que le vamos a hacer...