Silencio/Palabras
Creo que ya no hay ninguna diferencia entre el silencio y tus palabras. Creo que ambas cosas me hacen daño. El silencio me quema por dentro, y tus palabras me ahogan porque no son las que me gustaría oír. Y sí, hay veces que no podemos escuchar lo que nos gustaría oír. Entonces te quemas y te ahogas, y se mezcla el fuego y el agua, y no puedes salvarte, porque el agua no logra apagar el fuego, y el fuego no logra escaparse del agua. Se quedan ahí, intactos, como el dolor, que a veces se queda tan tan intacto...que de repente nace ese día en el que te olvidaste que seguía ahí, que de tantos y tantos velos que te pusiste delante de los ojos para ignorarlo; te ha seguido esperando, hasta que decidieras volver y mirarlo a los ojos. Yo no he cometido el error de vivir con ese velo en los ojos. Creo que de nada ayuda, creo que ésta no era la ocasión para ponérmelo y vivir como si nada (como si todo lo malo) no pudiera influirme. He vivido con los ojos abiertos, y mi piel ha acabado sufriendo. Tu silencio y mi dolor. Tus palabras tan tardías y mi dolor. Creo que sabes hacerme daño, y creo, firmemente, y más que nunca, que eres tú quien ha vivido con ese velo pintado en los ojos. Sí. Sin duda. Quizá me olvidaste porque querías, pero creo que el velo te ayudó para pensar que no me estabas haciendo daño, o que yo no existia tanto como antes... ¿qué tremenda estupidez no? Lo único que sé es que el tiempo sigue pasando, y creo que es mejor así, que no se detenga. Sin embargo, no quiero mirarlo.Seguiré. Como antes, con todo. Aunque la tercera parte de ese todo me haga daño. Creo que me he vuelto muy fuerte. Y a la vez suelto y desbordo toda mi debilidad en cualquier momento. Pero eso, es, a mi forma de ver, un modo de liberación. Al igual que con estas palabras...no sé si sirven de mucho, pero me ayudan a pensar en otro tipo de cosas que no conduzcan siempre a lo mismo: a tu ausencia, a tus ganas de matar mi recuerdo. Quizá esté equivocada, volviste a aparecer, pero yo no aprecié el tono de tu voz. Ya te dije que el transcurso del tiempo y tus ganas de desaparecer provocarían esto: que fuéramos dos desconocidos, que yo no te reconociera. Siento decirte que hacen falta muchas cosas para que todo se estabilice. Supongo que ahora estamos en hemisferios diferentes. Tú te encargaste de viajar hasta allí. Yo me quedé esperando. Ya no sé qué es lo que estoy esperando o haciendo. Supongo que siempre que apareces me descolocas. Y no sé si eso es bueno. No sé si es bueno que desorganices mi mundo, tú te encargaste de alejarte de él. Y eso me ha ido destrozando. Vuelves a aparecer y yo no sé qué puedo decirte porque para cuando encuentre mis palabras, tú no responderás, tú no estarás para oirme, ni siquiera has querido estar para leerme. Siento que es demasiado tarde. Demasiado.
1 comentario
Alex -