Blogia
Pequeña

Silenciar

Cambiar las cosas de sitio. Pensar en lo que me quedó por decirte. Recordar el sueño de hace tres noches. Volver a ver esa película que tanto me gustaba. Guardar esas prendas de ropa que ya no uso porque ya no me miras. Tirar los billetes de tren que fueron recuerdos que no volveré a vivir. Agarrarme a la almohada nueva que tengo sobre la cama que tú un día tocaste. Mirar ese cuadro que tanto me gusta y que, de momento, sigue formando parte de todas mis cosas. Regalar los relojes que me han ido regalando y que nunca he utilizado porque nunca me ha gustado llevar relojes. Escuchar tres y cuatro veces esa canción que te cantaría si mi voz fuera preciosa. Escribirte la carta que me prometí escribirte y emplear las palabras más adecuadas, conforme a todo  lo que hay en mí y no supe darte porque no me diste oportunidad alguna. Releer las palabras que tú me dejaste, que todavía conservo. Cansarme de mirarte y de pensarte. Vivir en este anhelo profundo y hondo. Hondo y profundo. Vivir en esta profundidad y tragarme todo el amor que ha ido naciendo y creciendo y reproduciéndose, sólo por ti, sólo con el fin de tenerte. Morir soñando que eres mío y que al despertar puedes estar observándome. Morir pensando que jamás serán mías esas estrellas que tú posees, y matar mis ganas y mis deseos. Rozar los últimos trozos de ilusión que quedaron pegados a mi piel, llamándote a gritos. Silenciar.

0 comentarios