No me sale la voz

Intento hablar, lo intento pero no puedo, o no me dejas, o tal vez no quieras escuchar mi voz porque ya la escuchaste demasiadas veces. Quiero transmitirme palabras que no pueden llegarte de ningún modo. Creo que de tanta negativa me he quedaod sin voz. No. No me sale la voz. La garganta me duele y no me sale la voz, no puedo decirte lo que pienso, lo que ronda por mi mente, lo que habita en mi cabeza, todo eso que no deja de dar vueltas y más vueltas. Voy a marearme. Voy a caerme al suelo si no me escuchas, si no me descifras la manera de cómo poder entrar en tus oídos y en parte, en tu cabeza. Hace días que perdí las fuerzas que me hacían falta para luchar por las palabras que guardaba para ti. Hace días que la voz me tiembla, que tarda en hacerse notar. Hace días que no te hace falta escucharla, y hace días que yo me olvidé de la tuya. A veces me da miedo poder escucharte, a veces me da miedo descolgar el teléfono, pero ya casi no lo hago. Casi no hay nada que decir. Mi voz se ha apaciguado tanto tanto...debe encontrarse cansada, debe amar tanto el silencio...de lo contrario mis cuerdas vocales servirían de algo y para algo... pero ya no sirven, ya no valen. Y aunque lo hicieran, las palabras se quedarian tendidas en el aire, y más tarde el viento de la noche se las llevaría, pero lejos de ti. Tú no quieres encontrarte con ellas, tampoco estás dispuesto a escucharlas, o al menos en este tiempo debías haberla escuchado. Mi voz temblaba, mi voz necesitaba de la tuya. Era una necesidad. Ahora simplemente mi voz se ha quedado dormida, se tambaleaba tanto...lo hacía tan débilmente últimamente que se ha quedado dormida. No. Ya no me sale la voz. Y tú no te molestas en despertarla, y si lo haces, lo haces demasiado tarde. Y a lo mejor es demasiado tarde para volver a recordar, para volver a decir cosas que se dijeron hace tanto tiempo... Lo siento, pero yo también estoy cansada, y no me sale la voz.
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