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Pequeña

Ariadna & Nico

Se presentaron.

-Hola. Me llamo Ariadna

-Hola, yo soy Nico.

Ambos emplearon cuatro palabras para saludarse, y para informarse de sus nombres. El silencio empezó a ser el protagonista de aquella escena. Ninguno quería romperlo. No estaban seguros de cómo iniciar una conversación. Ella era secretaria, y él era arquitecto. Ella empezó a pensar en el trabajo pendiente que le había quedado en la oficina y él se acordó inminentemente de que se había dejado unos planos en su despacho, unos planos bastante importantes que debía entregar junto al proyecto que había estado realizando durante dos semanas para presentarlo en la reunión del miércoles.Sus pensamientos eran esos. Pero a los pocos segundos llegaron otros.Ella pensó que llevaba semanas sin hablar directamente con un chico de su edad, y tan atractivo. Él pensó que le agradaba el jersey que Ariadna llevaba puesto.

-Te queda muy bien. Eres una chica preciosa.

-Gracias.Ariadna se sonrojó.-Muchas gracias. Sus mejillas rojizas delataron que estaba nerviosa por el comentario de Nico. Ella siguió pensando en cualquier tema que podría introducir para poder seguir escuchando su voz. Pero solamente podía fijarse en su rostro. Le había encantado. Verle de lejos ya le impresionaba en gran medida, pero tenerle frente a frente, a menos de 2 metros le proporcionaba una sensación basada en emoción y excitación. Hacía tiempo que Ariadna no compartía parte de su tiempo con chicos de su edad, como Nico. Llevaba un largo tiempo sin tener una relación estable. Y Nico huía de eso, de la estabilidad, del compromiso, de lo que todos quieren, mayoritariamente, a los treinta años. Pero Ariadna le cambió la vida, le abrió los ojos y le creó otra perspectiva diferente a todas las utilizadas en los planos perfectos de Nico. Se conocieron. Finalmente, las conversaciones surgieron, y fueron naciendo otras más interesantes y profundas. Ella comenzó a fijarse, a centrarse, a interesarse por él. Pensó que seria buena idea dejarle entrar en su vida. Él, por su parte, prometió a sí mismo no enamorarse de ella, ni siquiera compartir más de un año a su lado.Los días pasaron, y los planes que cada uno en su mente había hecho perdieron toda su validez. Ella se asustó, y él se enamoró. Ella le pidió tiempo, y él le insistió. Ella comenzó a tener miedo, y él a ilusionarse. Ella se cansaba por momentos, y él se cargaba de fuerzas. Ella estaba rota y él estaba lleno de vida. Ella entró en su vida poco a poco y lentamente para no provocar cambios fuertes... Él vivió con ella días que acabaron transformándolo todo.Ha pasado un año y medio. Él se asombra de los cambios que se han dado en su vida y de lo estúpido que había sido su plan, y lo estúpida que había sido su mente durante tanto años al decirse a sí mismo que enamorarse nunca es perfecto.Él comenzó a darse cuenta de lo bonita que estaba siendo su vida habiendo dejado entrar a Ariadna en ella. Ella, por su parte, siguió dando pasitos de tortuga, poco a poco, muy poc a poco para no tropezarse. Para saberse el camino de vuelta atrás si hiciese falta recorrerlo sola. Un año y medio. Y comparten su vida. Se siguen regalando besos y miradas como las de aquel primer día cuando se presentaron. Siguen amaneciendo juntos. Y siguen amándose. Han aprendido a hacerlo de la forma más bella. Poco a poco, con ilusión, con ganas, con deseo y con mimo. Mucho mimo.Ella sigue abrazándole cada noche antes de quedarse dormida, para sentirse arropada y más protegida que antes... Él, por su parte, la acaricia suavemente hasta que percibe que ella ya ha cerrado los ojos y se ha quedado en los brazos de Morfeo. Él le sigue escribiendo mensajes en el espejo del baño. Y ella sigue leyéndolos con la misma emoción que el primer día al leer el primer mensaje. Y lo sorprendente no es que cada mensaje sea diferente, lo sorprendente es que nace en su rostro la misma sonrisa al ver siempre el mismo mensaje, pero en días cualquieras, a cualquier hora...en cualquier momento. Y sigue siendo la mujer más feliz al leer en su cuarto de baño:

Te amo y sólo por eso sé que necesito tenerte el resto de mi vida.”·

1 comentario

Pablo -

“Te amo y sólo por eso sé que necesito tenerte el resto de mi vida..." que historia mñas bonita scarlett. bonita como la vida misma. A mi hace 3 años justitos me pasó eso con una chica como Ariadna, y fíjate, a día de hoy ella sigue a mi lado; cada dia la quiero más, la necesito más... y la frase final de tu historia describe perfectamente lo que por ella siento. Lo que no sé es si ella aun cree que lo sienta... gracias por la historia! sigue así. un besito.