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Venecia

Venecia

Y también contemplé Venecia. Aquel día llovió. Llovió muchísimo. Y recuerdo perfectamente la cantidad de palomas que sobrevolaban el cielo gris, y también recuerdo que todos corrían para resguardarse, que mi compañera me gritaba que corriera detrás de ello para no mojarme más, pero no me importó. Me quedé quieta en la plaza San Marcos, y reí. Recuerdo que me reí muchísimo, de todo, de alegría y de mí misima al verme tan empapada, al ver mis zapatillas caladas, al verme la ropa mojada, mi mochila totalmente húmeda y mi pelo desbaratado... Cualquier en esa situación no hubiera guardado un precioso recuerdo de Venecia, pero yo sí lo guardo. Porque esa risa me hizo sentir bien. Sólo estaba yo en esa plaza riéndome de la cantidad de agua que caía sobre mí, y ya no me importaba mojarme más, porque ya estaba totalmente mojada. Y recuerdo los nervios que provocaban en mí las palomas, y recuerdo que recorrí un par de calles sin nadie, y entonces comprendí que a veces es necesario perderse, que la soledad a veces es buena compañera, y que la risa es la mejor aliada para vivir de este modo: siendo feliz.

Recuerdo Venecia con una amplia sonrisa... Sí, con una gran sonrisa.

1 comentario

Pablo -

Que pena que llovió aquel día... por que fuimos a una de las ciudades más bellas del mundo, pero aún así, el día fue muy bueno y nos lo pasamos muy bien bajo la lluvia. un bexito.