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Sugus de frambuesa

Sugus de frambuesa

Sigo esperando detrás de la puerta, sigo esperando ese momento en el que suene el timbre . Y pueda así abrir la puerta y encontrarme con esa persona y esa mano que me ofrezca y regale con una amplia sonrisa un sugus con sabor a frambuesa. Sí, todos estan buenos, pero en esto soy caprichosa, y quiero el de sabor a frambuesa. No quiero limitarme ahora a saborear el de cereza o el de fresa, y reniego probar el de piña. Yo quiero el de frambuesa, y hasta ahora, nadie ha venido a regalármelo. Puede ser, quizá, que pida demasiado, (ese preciso y concreto caramelo), y puede ser que a nadie le apetezca ir a la tienda de caramelos y comprármelo. Puede ser que a veces... en la vida hay cosas, que asemejan ser muy tontas, muy sencillas, y muy ridículas...y es a veces, o al menos a mi me ocurre eso, que ese simple caramelo me robaría una sonrisa. Y eso ya sí es importante, y se aleja de ese cúmulo de cosas tontas que a veces debemos ir obviando en esta vida. Pero como estoy viviendo, y como tengo esta vida, quiero que suene el timbre, quiero oirlo y quiero encontrarme con ese caramelo. Puede ser que sea un secreto que hoy haya desvelado, no por ello voy a degustarlo... no por ello todo puede ser mejor o más bonito. Solamente me estaba acordando que hace tiempo dije que quería ese sugus, pero también sé, con total seguridad, que muchas palabras no llegan... que muchos oídos se quedan tapados, y muchos ojos cerrados durante demasiado tiempo...

Y tiempo es lo que me falta, por eso, he decidido, que en una mañana alegre, una que esté por nacer, y por alumbrar mi pelo castaño, me vestiré, y saldré a la calle y me acercaré a la tienda de caramelos, y me compraré yo misma ese sugus.

Porque a veces te cansas de esperar, y de que la gente se de cuenta de lo que realmente necesitas.

Porque ya no es una tontería, porque para mí nunca lo ha sido. Y tampoco va a serlo mañana. Ni pasado. De eso, de eso también estoy totalmente segura.

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