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Promesa

Promesa

Nací allí. Aquel era mi sitio, mi lugar. Allí todo tenía: mi hogar, mis amigos, mi familia...todo estaba hecho para mí, a mi medida, y solo por eso, me resultaba fácil, muy fácil ser feliz. Y todo eso, aquel, mi mundo...era suficiente para mí. Rodeada del ambiente que me proporcionaba esa alegría que se agranda, que no se magnifica...que es así de grande.

Nací allí y viví allí. Pasé 14 años seguidos en aquella ciudad. Y sabía que siempre sería mi mundo... me acuerdo de esos dos ventanales enormes de mi propio mundo, de mi propio cuarto, en el que todo era luz y alegría. 14 años recorriendo los mismos parques, los mismos bancos, viendo los mismos patos y los mismos cisnes, bajando por los mismos toboganes y oliendo el mismo aroma. 14 años sintiéndome la niña más feliz del mundo porque todavía era una niña... sí, todavía lo era, pensando que todo permanecería igual... y en mi mundo casi siempre sonreía, y mis sonrisas se ampliaban y mis abrazos eran tiernos y mi vida era dulce. Muy dulce. Y todos los días eran especiales. El frio no importaba porque gracias a él en los meses de invierno podía ver nevar... y el calor venia de la mano del sol en primavera... y mi mundo seguía siendo hermoso. Recorría el palacio de Cristal y me montaba en las barcas de El Retiro, y disfrutaba del cielo, de las pequeñas nubes, de los mimos, de las bolsas llenas de pipas y de los largos paseos, y de las fotografías. Y de las sonrisas que podía ver y yo también podía lanzar. Y de los buenos momentos...siempre buenos momentos.

Ahora todo es distinto. Ahora vivo en otro lugar, y tengo otro mundo donde también disfruto de buenos momentos, y paseos, y el olor salado que desprenden las olas de la Almadraba cuando cae la tarde...y de un refresco compartido con esas personas que nos contagian su risa. Dos meses para cumplir 19 años...y casi 5 años viviendo en este mundo donde he creado recuerdos que seguiran permaneciendo a mi mente, a mi memoria... y a la mente y la memoria de aquellos que solo si quieren, tambien desen guardar ese conjunto de recuerdos que se dieron, y se llegaron a vivir. Dos meses para cumplir 19 años... y a pesar del tiempo pasado y vivido, sé que quiero seguir viviendo y quiero seguir contemplando las sonrisas, y quiero seguir sonriendo. Aunque también pronto volveré a aquel mundo que fue mio porque a mi tambien me pertenecio...Todos los noviembres me prometo a mi misma que acudiré a la Plaza Mayor y que degustaré el típico bocadillo de calamares que la gente suele comer en Navidad, y sé que también suelo prometerme que acudiré a la Mallorquina, a comprarme esa cajita de violetas, que desde siempre me gustaba comprarme cuando por la calle ya solían pasearse los Papa-Noeles...y las luces no dejaban de brillar...

Pero las cosas cambiaron porque el tiempo siguió pasando. Y aquella niña desapareció. Y siguieron pasando los años...se abrió otro camino, se abrió una nueva puerta, algo forzada, pero se abrió y de ese mismo camino se abrieron otros muchos mas, algunos bonitos, otros menos bonitos... y fueron recorridos. Y ahroa este mundo desprende cosas sin las cuales tampoco podría vivir...porque me he ocupado en estos años de hacer este lugar algo mio, algo personal... Y sé que el mar, que la arena, que el sol...son imprescindibles para mí. Necesito la luz, necesito esos rayos, cálidos y alegres.

Ahora viviré este buen tiempo, pero intentaré que en cuanto nazca diciembre, esa promesa que a mi misma me hago se torne realidad. Y que las calles de esa ciudad que me vio crecer me vuelvan a "pertenecer"...

1 comentario

Borja -

Lo que tienes que hacer es quedarte con la mejor parte de los dos mundos y disfrutar ambos a tope! :-) Y tranqui, q yo este noviembre lo paso en madrid y te invito al bocata de calamares!!!!
Muack!