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Vicio

Vicio

Su vicio siempre fue fumar. Fumar un cigarro tras otro en las noches de sueños quebrados y días cortos. Fumar un cigarro casi sin aliento, casi sin respiración. Pero con tiempo. Su vicio siempre fue fumar, y, ademán de ello, él. Él también fue su vicio. También existió ese tiempo en el que él era un vicio absoluto, máximo, más poderoso que sus cigarros de medianoche que a veces, y sólo  a veces, compartía con él.

 

Él lo era todo, él era quien le cortaba la respiración, quien le cambiaba de piel, quien le transportaba a otra cama, a otra habitación, a otra ciudad. Él era quien le hacía temblar al susurrarle, al tocarle, al quedarse. Ella le ansiaba cada vez que sabía que estaba cerca, y que acudiría esa noche. También le ansiaba fumar un par de cigarros casi solapadamente antes de que él llamara a la puerta, sabía que él no fumaba, que tampoco le gustaba verle a ella fumar, pero debía exprimir los últimos minutos de soledad y libertad.

Después llegaría el amor y la pasión en su más pura expresión. Su esencia. Su manera de mirar y de amar, también de sentirse amado y vivir a consecuencia de ello, y caminar erguido, sin soltarle, de la mano, sonriéndole.

Y llegó el amor, esta vez, para escaparse, para dar explicaciones, para fumarse con ella, después de tantos años... un último cigarro en compañía de la que hasta entonces, había sido su más bella acompañante. Él atribuía ese fin al desgaste del amor en poco tiempo, ella no quería creerle, ni quererle ni escucharle. Sentía unas inmensas ganas de gritarle, y que sus gritos le expulsaran de su casa, y así por siempre de su cama, de su cuarto, y de su vida, a ser posible.

Ahora sus vicios han pasado a ser sólo uno. Sigue fumando, cada noche, no ya de día. De día vive, y de noche fuma, en las noches de sueños quebrados, únicamente. Y se pinta los labios y se sonríe así misma, viendo que no hubiera podido sucederle algo mejor. Sabía que él estuvo a tiempo de arrebatarle el peor de sus vicios. El que más daño hace al corazón a corto plazo. Al fin y al cabo, ella fuma, sabe que pasará mucho tiempo para que ella note ese deterioro en sus pulmones, en su organismo; pero sigue sonriendo en la oscuridad y con el cigarro encendido, porque sabe, que algún día, dejará de tener ese único vicio que aún le queda.

2 comentarios

laura -

Si, lo escribi ayer por la mañana, de manera rapida, pero no queda tan mal no?
:P

gracias por pasarte
de veras
:)

besitosss

alexdenuevo -

¿Lo has escrito tú?...Pequeña
Es de lo mejor que te he leido....
¿Solo le queda ese vicio?...puede ser un poco aburrida la vida sin algun pequeño vicio.....pero...el tabaco es el peor de ellos....:))
Scarlett....que lindo nombre...casi tan bonito como Laura.