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Pequeña

Con el tiempo

Con el paso de los meses encadenados (podría decirse también, años encadenados), he aprendido a reír llorando y a llorar riendo, pero he aprendido, sobre todo, a dibujarme una sonrisa perfecta en mi boca imperfecta a tiempo. Muy a tiempo. Antes. Antes de que las personas adviertan el grado de tristeza y pena que me inunda. El escalón de infortunio en el que me hallo sentada, queriendo esconderme, y pasar desapercibida, agachada, cogiendome las rodillas y sin hacer ningun tipo de ruido.

 

Con el paso del tiempo he aprendido a usar corazas, a maquillarme una bonita cara y tapar mis ojeras y mis lamentos. He aprendido también a decorar mi vida con una canción alegre y pasar de puntillas entre todas las personas que me rodean, y pueden presumir de felicidad casi absoluta, o plena por momentos, que viene a significar siempre algo grande, algo que me muero por tener y contar y así sonreír sin tener que acudir corriendo al baño y coger un pintalabios cualquiera y pintarme cual payaso en su escena de rigor para el circo en que trabaja. Así me siento. Pero no quiero pintarme más sonrisas. Ya no. Ha pasado mucho tiempo. Pero también sé que queda mucho para que ya no me queden motivos por los que hacer uso de cualquier pintura y retocarme los labios y enseñarle al mundo que yo también soy feliz.

1 comentario

alex -

Algun dia, tendras que aprender a ser tu misma, a quererte como eres y dejarte ver a los demas, sin "caretas", ni maquillaje.
Enseñale al mundo "tu" verdad, no la verdad que ellos quieren ver...los que se queden a tu lado....esos...esos son los que te interesan como compañeros de viaje...los demas....los que no quieran estar a tu lado....que les den.