Desprecio
Desprecios. Esa sensación que nos incita a regalar gestos o palabras de algo parecido al odio. Pero no sé qué palabra se adecua más con este tipo de sentimiento. En realidad no deberíamos sentir desprecio por nada ni por nadie. Pero lo sentimos. En realidad, son las personas que nos tratan mal las que nos obligan a tener este tipo de sensación, y acrecentarla. Y hacerla mayor. Ojalá las personas fueran más conscientes de sus actos, de las palabras que sueltan para creer que así pueden ser mas libres, y más felices. DESPRECIO. Desprecio en mayúsculas para las personas que nos dejan tiradas en el suelo, con las manos vacías, con los ojos empapados, inundados. Con los brazos rasgados, y el cuerpo ardiendo. Desprecio en mayúsculas para las personas que hacen que los demás veamos la parte más mala de sí mismas. Desprecio para las personas que nos dañan y lastiman hasta el punto de tocar ese fondo que ya tocamos alguna que otra vez. Y pensar que es mejor no salir que salir. Que es mejor no respirar que hacerlo. Que es mejor que nuestros pulmones se llenen de agua, que darnos otra oportunidad a nosotros mismos. DESPRECIO para las personas que se encargan de hacernos pensar que no valemos nada.
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