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Pequeña

Mareo

Podemos deshacernos de dolor, de tristeza, de ganas, de voluntades, de fuerza, de amor, de todo, podemos deshacernos de todo pero con la ayuda de una única cosa: el tiempo. Y el tiempo a veces juega contigo, dándote ventaja, o, por el contrario, te advierte de una cosa, y es que no va a estar esperándote. Y sientes miedo y te pones las mejores zapatillas, para echar a correr. Pero después de quince minutos corriendo, tus pies se paran, y ahora es tu mente la que te cuelga un cartel en blanco con las letras grandes que dicen "No molestes en correr tanto, no te canses, no vas a llegar nunca". Quieres ahora vengarte, del tiempo o del cartel que está instalado en tu cabeza. Quieres olvidarte también del día en el que vives, y quieres ignorar cada minuto que se te hace cuesta arriba. Pero no siempre puedes. La impotencia vuelve a adueñarse de ti, y eso que tú siempre pensaste que eras dueña de todo. Pero también es el tiempo el que te enseña que de lo único que eres dueña es de tus sueños. Puedes contárselos o no a alguien, puedes guardarlos en tu mente para recordarlos dentro de una semana, un mes, o dos años. Puedes rememorarlos o sonreír o robarte tú misma la sonrisa. Puedes quedarte o no con tus sueños, dependiendo de si te hacen falta para seguir viviendo o no. Puedes esconderlos si no quieres verlos durante un tiempo o contárselo detalle a detalle a la mejor persona que haya en tu vida, así, ella se quedará con ese sueño y lo imaginará y quizá lo sueñe, y quizá se asemeje al tuyo. Entonces te habrás quedado sin la pura esencia del sueño que tuviste, y que, por mil y una razones, ya no quieres en tu vida.

Algo se mueve en ti. Se produce un mareo de sensaciones, se atropellan los sentimientos que ya no sabes tú si son sentimientos o trozos rotos de algo que te empujaba. El tiempo te marea también. Por eso existen los días grises, negros, nublados. Y quieres tumbarte y sentirte mejor, calmada, relajada, y con la cabeza despejada. Ya no hay mareos, pero tampoco hay sueños. Y a veces, es mejor vivir así. Después, con el tiempo, los sueños que no quieres tener, vuelven, pero entonces ya no eres aprendiz, y sabes cómo y cuándo deshacerte de ellos. Los que te gustan y te dibujan por sí solos una sonrisa en tu boca; te los guardas cerca tuyo, los aprietas con la mano, les dices tu nombre y caminas más feliz. Tus pasos parecen ser felices.

La vida te ofrece una mejor melodía para escucharla todas las tardes. Y el tiempo sigue su curso. Sus agujas siguen marcando horas diferentes que también pueden llegar a recordarte el sueño que tuviste un día de primavera. Pero ahora estamos en otoño, estamos a miércoles, son las dos y veinte de la tarde, y ahora no quiero quedarme con sueños, quiero quedarme con la sonrisa que ayer solté sin darme cuenta, quiero quedarme con las muñecas desnudas, sin relojes que me cronometren. Me quedo conmigo. Y me quedo con el contrato en el que he firmado que sólo yo puedo hacerme daño. Nadie más. Al menos por ahora.

Sé que puedo caer, pero me conformo conque mis piernas no tiemblen ni mi cabeza vuelva a escribr un cartel e incrustarlo en mi cerebro. Me conformo con eso, y con la vida que todavía me queda.

1 comentario

Alex -

El tiempo lo cura todo.....
Pero, tambien deja cicatrices y recuerdos....
Te hace mucho más fuerte.....y....tú, lo expresas muy bien , como siempre con mucho estilo....
...."Después, con el tiempo, los sueños que no quieres tener, vuelven, pero entonces ya no eres aprendiz, y sabes cómo y cuándo deshacerte de ellos. Los que te gustan y te dibujan por sí solos una sonrisa en tu boca; te los guardas cerca tuyo, los aprietas con la mano, les dices tu nombre y caminas más feliz. Tus pasos parecen ser felices".......
Muy bueno , Pequeña Scarlett
Besinos...