Blogia
Pequeña

Cables

Conexión y compenetración. Me resulta indiferente. Y a veces son dos cosas distintas, y otras veces se convierten en sinónimos. Sinónimos cuando todo va bien. Cuando aparece ante ti (y se queda) esa persona aparentemente perfecta, esa persona que le gusta estar (por y para ti). Esa persona que dedica su tiempo a comprenderte. Y entonces tú piensas que es necesario que esos cables que unen esa conexión entre ambos se mantengan intactos, que no se desgasten, que no se rompan. Y entonces algo falla, y se produce ese cortocircuito que te deja a oscuras, y a solas. Y en esa oscuridad, y en esa soledad, piensas qué pudo haber fallado, qué es lo que faltó, o qué es lo que pudo sobrar entre los dos. Qué parte de la historia falló: el principio, el nudo o el desenlace. Tu cabeza puede dar tantas vueltas, que de repente puedes pensar que fallaste en todo. Que debiste hacer uso de otro tipo de palabras al principio de conocerle, o que debiste acompañarle aquel día para que no regresara solo/a, o que al final tuvieras el valor suficiente como para volver la cabeza, ir en su busca, dar dos pasos y cogerle del brazo, regalarle una última caricia, una última y bella caricia, sin decirle nada, y que por sí mismo/a vuelva a encontrarse con la duda de si abandonarte o no. Entonces prolongas el silencio y esperas que esta vez se quede y que rompa ese triste desenlace, y que vuelva a unir los cables que se rompieron, y que provocaron que esa compenetración se extinguiera. Entonces sigues a oscuras, y no vuelves a ver la luz, te entra miedo y pánico, dos cosas que juntas provocan un gran malestar. Y sumida/o en este malestar te resulta imposible dar ese paso imprescindible, o dar ese grito necesario para que se gire y vea que estás perdida/o; y que necesitas que vuelva a hacerse la luz, y que vuelvas a encontrar el camino, pero a su lado. Todavía a su lado. Porque tú, y sólo tú sabes que es la persona que necesitas, la persona que no debe desaparecer de tu vida simplemente porque unos jodidos cables hayan decidido romperse, o porque sean tan débiles que al mínimo descuido se hayan roto. Entonces, si tienes la maravillosa suerte de que las cosas sucedan a tu antojo y necesidad; esa persona vuelve, y te da luz, y te aporta el brillo y la claridad que necesitas tener. Y se reenlazan los cables, y vuelves a confiar en la vida.

1 comentario

Alex -

....¿Sabes, Laura?....La mayoria de las relaciones amorosas , son tan complicadas como la tuya....solo tienes que darte "un paseo" por otras bítacoras, para darte cuenta ,que hay muchas personas "enfermas de amor".....Lo mismo que si fuera una "epidemia" de gripe.....¿Porqué crees ,que es tan dificil encontrár a la "media naranja"?....
¿No conoces a nadie ,que esté enamorado de tí, pero tú ,no sientes lo mismo por él?....
De verdad, Laura, lo que te ocurre a tí....es muy normal y ocurre a muchas personas todos los dias....
La diferencia está....en que los puñeteros sentimentales...lo sufrimos más....¿Ok?
Besinos...Niña Sol