Blogia
Pequeña

Abandonar

Él se deshizo de todo su amor en un único soplo de aire. Decidió abandonar. Ya no le importaba perder. No le importaba olvidar el número de sueños que ella había estado guardando para poder vivirlos a su lado. No quiso pensar en su imagen. No quiso dibujarla más en sus paredes. No quiso seguir con su locura. Él respiró fuerte, alejándose en un minuto de todo lo que le había importado. Decidió abandonarla. Ella empezó a hacerse a la idea. Empezó a pensar que él, de nuevo, volvía a otorgarle TODA la importancia a la ilusión. Ella se concebía a sí misma destructora de ilusiones a raíz que él se desvió del camino que ambos habian trazado. Quizá el error fue ése, el intentar trazar un camino. Pero ella no sabía que él abandonaría ese camino. Ella no sabía que él seguiría caminando, sin esperarla. Ella no sabía que para él los sueños, los de ella, dejarían de tener sentido. Ella no sabía que él se cansaría de pintarla en sus paredes, y de soñarla. Ella dejó de conformarse. Ella pensó que se merecía una gota de felicidad, caída sobre sus ojos. Ella la estaba esperando. La gota. La suya propia. Quería buscarla, o encontrarse con esa persona que estuviera dispuesta a quedarse quieta, y escuchar, y leer, y abrazar, y no soltarse. Ella también pensó que jamás llegaría ese momento en el que tus brazos se cansan, y tus pies deciden hacer tregua. Sí. Una tregua. Y después...eso pensaba ella. ¿Después? Después, igual, volverían a verse en alguna ciudad perdida y volverían a saludarse. Como dos extraños, esta vez. Porque él había decidido abandonar el camino, y ella no tenía otra alternativa posible. Ella debía crearse otro, que no terminara directamente en la continuación del laberinto que anteriormente ya había pisado. No quería ilusiones que no se correspondieran con la realidad que estaba viviendo. No quería demasiado su realidad, pero sabía que debía asumirla. Y que debía vivir con ella, hasta que algo cambiara, y su sonrisa comenzara a ampliarse. Como antes. 

0 comentarios