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Pequeña

Resquicio de esperanza

Resulta curioso como cuando de tanto rascar y de tanto esperar, sale a la luz un pequeño resquicio de esperanza en cualquier parte de tu cuerpo. Un resquicio de esperanza extraña impregnado en tu piel. Al principio, piensas cómo pudo aparecer ahí, de tantas cosas que se cayeron al suelo, de tantos vacíos y de tantos despertares sin sonrisa. De tantas noches amargas, y de tanta claridad en los ojos. Y quieres pensar que esa esperanza ha aparecido porque tú misma la has creado con el fin de que sirva de algo, sin embargo, pasa poco tiempo y enseguida tu mente te habla en voz alta, diciéndote sin ningún reparo que fuiste una idiota al estar esperando, y al estar admirando una porción de esperanza que se te olvidó abandonar. Y no, la esperanza deja de funcionar, deja de servirte, y tú empiezas a mirar a otro lado, pero ese otro lado te deslumbra, demasiada luz, luz que no compatibiliza con el color de tus ojos y el tono claro de tu piel. Esto mismo me ocurre a mí, miro a esa luz y enseguida empieza a dolerme la cabeza, los ojos, todo mi cuerpo. Y entonces sólo me queda mirar a lo que ya conozco, y a lo que todavía me está construyendo vacíos, grandes vacíos. En ese otro lado hay excavadoras, silencio, ruinas, nieblas, lluvia. Todo eso. Y todo lo odio. No quiero seguir odiando, y seguir desprendiendo amargura. Yo sé que no nací para vivir de esta manera. O al menos quiero creerlo. Y sé que todo es muy difícil, lo sé, pero sólo quiero un gran respiro, un respiro que se alargue, y que mi vida siga estando en pie y que yo no me caiga más. No quiero volver a curarme las heridas, no quiero parar y tener que empezar a diseñarme tres caminos más. Quiero acertar, quiero seguir, de cualquier manera, pero no sé cómo puedo hacerlo. Perdida, sin punto de encuentro, pero perdida, sola y perdida. Y quiero deshacerme de ese resquicio de esperanza que me va dañando poquito a poco. Y poquito a poco no quiero vivir. Quiero momentos llenos de vida, quiero tenerlos. Quiero volver a escuchar mi risa. Estos días de atrás la escuché, y hasta empecé a ver casi todo bonito. Con otros ojos. Sí, quiero mi risa y quiero la belleza de las cosas.

1 comentario

Karol -

Soy fan de tu risa y tu sonrisa.
Y la artista, por respeto a su fan, debería ponerla en práctica muchísimo más a menudo.