Blogia
Pequeña

Tu espalda

Tu espalda

Me sentía viva. Muy viva, entre tus brazos y suavizando tu espalda. Tu espalda tersa, firme y lisa. ¿Te acuerdas? Yo te dije que tenías una espalda preciosa. Era una espalda tan bonita...Tú sonreíste, como si ya lo supieras. Pero sonreíste. Admiré tu espalda y tú sonreíste. Sé que ha pasado mucho tiempo, sé que no me volveré a abrazar a ella, sé y temo que no volveré a acariciarla más. Pero supongo que la vida es así, y que las personas somos como la vida, acabamos siendo igual de complejos que ella, y nos hacemos tanto daño inútil, pensando que vamos a estar aquí eternamente, enamorándonos eternamente y conociendo a personas maravillosas todos los días, en el autobús o en la biblioteca. Sin embargo, la realidad me hace pensar que no hay suficientes autobuses para conocer a la persona que nos hace falta en nuestra vida. No hay suficientes bibliotecas como para poder volver a enamorarse. Y es que perdí tanto amor. Ha resbalado tanto...al alejarte, al ausentarte durante todo este tiempo he sentido tristeza. Estaba acostumbrada a que decidieras ausentarte, solías hacerlo siempre; pero esta vez la tristeza era muy profunda porque me veía a mí misma con demasiados sentimientos encima, tapándome la vista, impidiéndome el paso y a la vez, el descanso y el sueño que a veces logro conciliar. Y sí, sigo soñando, pero no ya contigo, ni con otro amor, ni con bibliotecas donde enamorarme ni autobuses donde conocer a la persona de mi vida. No sueño con otro tono de azul, no sueño con otra canción, no sueño con la felicidad en mis labios. Simplemente sueño. Y hace algunas semanas que quería hacértelo saber, de hecho casi todas mis palabras son para ti, pero esta sensación estúpida que se ha aferrado tanto a mí me impide seguir pensándote. No quiero sentirme idiota. No quiero serlo, ni gastar tiempo en estar esperando cosas que no llegarán. Tres o cuatro palabras me hubieran bastado. Una señal. Algo. Pero estás muy por detrás de la voluntad que a mi no me ha abandonado aún. Pronto lo hará. Yo siempre estuve aquí, nunca me fui, pero pronto lo haré. Llevo muchos días respirando este aire, viendo siempre los mismos edificios que no me dicen nada. Quiero caminar y darle un portazo a mi mente. Que desconecte de una vez. Que no me envíe ningún tipo de palabras.

Yo sólo quería amor...

...Yo sólo quería palabras...

Yo sólo quería tu espalda.

  

0 comentarios