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Pequeña

Un modo más para sentirse bien

Y sientes que no puedes más, sientes un dolor en el fondo de ti misma encadenado a tus manos que no pueden seguir tirando de ningún otro recuerdo. Sientes que el cielo cobra otro color, que el sol ya no es amarillo y que tus ojos dejaron de hablar. Sientes que la vida es más larga, que tus días están vacíos y que no hay nada que sea urgente. Tienes la agenda vacía de cosas que te hubiera gustado hacer mucho antes. Y tienes la mente llena de todos esos pensamientos que revelan las cosas que te hubiera gustado que alguien te hubiera plantado delante de ti, y que te hubiera incitado a hacerlos realidad a su lado. Piensas que sobró tiempo y faltaron cosas, viajes, sorpresas y más cosas que para ti eran básicas, pero nunca llegaron. Te sorprendes viéndote tan feliz en esa fotografía que está intacta en el corcho que compraste para acumular buenos recuerdos. Ahora, lo miras a una distancia de metro y medio y ves que, como mínimo, la mitad de esos recuerdos han perdido mucha fuerza, y comienzas a quitar unas fotos para poner otras que a lo mejor tampoco dicen mucho, pero te sientes más agusto. Y que no te hacen pensar demasiado ni estar triste. Quitas unas cosas para guardarlas en alguna caja de la que, despues, no te vas a acordar. Y lo sabes. Sabes que no te vas a acordar, sabes que eres despistada y que se te olvidará mirar en esa caja. Y algun dia, tal vez, quieras recuperar esas fotos y volver a mirarlas, sostenerlas sin que las manos tiemblen y los dedos bailen unos con otros. Pero, por el momento, no quieres esos ojos, o esa boca o esos momentos de felicidad delante tuyo, porque ya no los sientes como tuyos. Es como si ni siquiera los hubieras vivido, de lo tan lejano que lo sientes todo. Y no te culpas porque sabes que la vida es así. Que todo funciona así. Y sigues sin mirar el reloj, porque las horas parecen interminables y aun asi, sigues esperando que venga alguien a salvarte, toque el timbre, y empiece a gastar su tiempo en preocuparse. Por ti, claro.
Pero sientes que no puedes más, y los pensamientos menos negativos se esfuman, y queda dolor, y queda oscuridad, y quedan ganas de encerrarse en el baño, de una ducha fría o un baño demasiado caliente. De sales con olor a fruta y una canción acústica cerca de tus oídos.

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