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Pequeña

Ni sé, ni supe

No sé. No sé si fue de repente o de manera paulatina que dejó de gustarme tu cuello, tu barbilla, tus orejas, tus rodillas... Dejó de gustarme tu manera de replicar, de salirte con la tuya, de ser el dueño de todo. De tenerlo todo. De ser ambicioso y matemático. Ahora es cuando entiendo que las mentiras no sólo hacen daño, sino que te infunden en una rabia indescriptible.Por ello no puedo encontrar las palabras que necesito. Probablemente no lo leas nunca, pero creo que tenías que saber que lo has perdido todo. Y lo más estúpido era lo más importante.Y yo no supe abrir los ojos y fue una cría. Una cría con una piruleta en la mano derecha y un globo de lunares en la izquierda. Sin querer, fui caminando demasiado deprisa, sin darme cuenta que en cuestión de poco tiempo, me habían robado la piruleta y me habían pinchado el globo. Podria haber sido más inteligente, haberle dedicado parte de mi vida a la primavera y a la playa, y a las arenas claras y las olas serenas. Pero no supe mirar hacia arriba. No supe.

1 comentario

Spender -

Puede que sea, como has dicho, un mensaje lanzado en una botella al mar y su destinatario no lo vaya a leer nunca.
Pero lo que no puedes hacer es culparte de nada. No es verdad que las ilusiones las mantengamos vivas por ser unos ingenuos. En mi opinión, son parte de nuestra vida aunque ni las veamos ni las toquemos. Como los libros que leemos, como los discos que escuchamos, o como los amigos que tenemos.

Gracias por pasarte por mi lluvia. Te leo. Besos.