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Días azules

Días azules

En días azules, en días como estos, me gusta encontrarme así, en otra ciudad, y bajo otro cielo. Días que tardarán en repetirse porque la rutina y las obligaciones me atan aquí. Pero me quedo con el encanto de cada cosa, y con el cachirulo (es así como se llama el famoso pañuelo de las fiestas de Zaragoza). Y sí, parecía que allí todo era más bonito, lo malo es volver a casa y ver que todo sigue como lo habías dejado, y ver que no puedes hacer nada. Ni siquiera puedo ir hacia delante, ni hacia atrás. Ni siquiera puedo soltar mi rabia. Sólo sentirme algo más alegre cuando pienso en estos últimos días. En el sol tan radiante que ha poblado la ciudad y en las caras divertidas que me ha captado mi madre. Sólo puedo pensar en eso para sentirme mejor. Y sí, las cosas siguen igual.

1 comentario

isilrod -

Te devuelvo la visita y te pido perdón por adelantado.

Perdón porque tengo la mala costumbre de dar consejos sin que me los pidan (y para colmo no soy precisamente el primero en aplicarme el cuento ;)).

Así te diría que, aunque cueste, los días azules se derriban con sonrisas. O que la rabia se suelta escribiendo. Que los bloqueos y los vacíos se arreglan dejándose rodear por los que te acompañan en el viaje.Porque las heridas van a estar ahí siempre, acompañándote durante todo el camino, y lo que diferencia a los hombres de los héroes (como diría cierta chica mala sobre fondo rojo :P) es lo rápido que se levantan y se dejan curar.

Un abrazo

(y no te sientas idiota por darle un poquito de cancha a la esperanza. Básicamente porque es la esperanza lo que nos salva de la rutina, y los que viven dejándose ganar por la rutina ya están medio muertos)