Blogia
Pequeña

Párpados

Párpados

Dijiste que besarías mis párpados, dijiste que no podías vivir sin ellos. Dijiste que me los comprarías, que te quedarías con ellos, y con parte del color de mis ojos que a mí no me gusta pero que a ti te encanta. Dijiste que te quedarías aquí, y soplando a mis pestañas, suavizándolas aún más, tiñéndolas del color de ese amor que tú querías darme. Dijiste que eran perfectos, que mis ojos, que mis párpados, eran perfectos. Lo dijiste tú. Más bien, lo dijo tu boca gracias a tu voz. Lo dijo tu lengua gracias a tu saliva. Lo dijo tu mente gracias a tu pensamiento. Pero tu pensamiento pudo mentirme, pudo hacerlo y lo hizo. Yo pude creerlo y pude mentirme a mí también. Pude creer en ti por el amor que yo sí sentía a cada segundo. Y cada segundo yo quería que mis párpados estuvieran cerca tuyo. Cada segundo quería mirarte y que tú me miraras. Dijiste que estarías despierto por mí, para mí, que acariciarías cada parte y cada milímetro de mi cara, que te harías dueño de ella para sentir el tacto de mi blanca piel cuando no estuviera contigo. Dijiste que me comprarías los ojos, que después, que otro día...llegarías y me pedirías mi boca. Pero tu pensamiento te engañó, o fuiste tú quien te engañaste. Mis párpados perdieron su encanto (a lo mejor nunca lo tuvieron), y mi boca se quedó perdida sin volver a encontrar la tuya frente a mi. Te fuiste, te evaporaste, huiste o quisiste el exilio para perderte, y para perderme a mí también. Sé que encontrarás otros párpados, y otros ojos. Sé que yo puedo mirarme al espejo y empezar a apreciar el color de mis ojos, sé que puedo empezar a quererlos. Hoy tal vez sea un buen día para empezar a intentarlo.

0 comentarios