Blogia
Pequeña

De poco o nada...

Con el paso, rápido o lento del tiempo, aprendemos todas aquellas cosas que constituyen el vivir. No importa demasiado si aprendemos más tarde o más temprano. Lo más importante es que lleguemos a aprender, y a comprenderlo... Hace un tiempo aprendí que los momentos de soledad no siempre son amargos y que no todas las sonrisas son dulces. Aprendí que en el amor, la resistencia y la dedicación son imprescindibles. Y que la amistad sólo puede perdurar con la confianza. Aprendí que los ojos pueden expresar y hablar más que los labios. Y que no basta con poseer dos oídos para estar dispuesto a escuchar. Porque escuchar implica paciencia (por el tiempo empleado), afecto (por la pesona a la que se escucha) y preocupación. Aprendí que los sueños a veces dejan de ser sueños y que en ocasiones es esencial y hasta beneficioso para la identidad de uno mismo y su propia paz, dejarlos de lado y borrar alguno de ellos. Aprendí que sería bueno dejar de comparar al amor con el dolor. Sí, el amor puede llegar a ser hermoso y llegamos a aprender de él, y de la persona amada. Al igual que del dolor aprendemos a seguir, o a parar. Son dos abstracciones tan sumamente diferentes... y ala vez similares... Sin el uno y sin el otro, nuestra vida sería muy sencilla, y probablemente demasiado plana. No sufriríamos, no recibiríamos ningún tipo de daño, pero tampoco gozaríamos del amor que se puede llegar a sentir por una persona en el transcurso de una vida. Vale la pena sufrir, si también podemos llegar a conocer y tener cerca a la persona que ocupa más que todo nuestro pensamiento. Merecemos hallar al menos un sentido a nuestra vida cada mañana, que nos mantenga de pie, y atados a ella. Que nos empuje a vivir con toda la intensidad posible. Vivir, con coraje, con actitud, con deseo y con ilusión. Las ganas de vivir son necesarias, al igual que es necesario respirar para seguir en este mundo. Vivir para viajar, conocer y descubrir. Vivir para reír y cogernos a una mano suave...Vivir para recibir un beso o para hallar una carta llena de sinceridades y sentimientos. Vivir para sentir, para percibir, y para transmitir.

De poco o nada vale amar o adorar, si ese amor o esa adoración no la transmitimos... De poco o nada sirve pensar en lo que haremos cuando crezcamos o maduremos, si ni siquiera nos interesa la felicidad ue podamos sentir ahora. De poco o nada vale seguir viviendo si queremos negar capítulos del pasado, que aunque con buen o mal final, nos sirvieron para luchar o para ser vencidos. De poco nada sirve el olvido, de poco o nada sirve el dejar de luchar...

0 comentarios